Los niños del tule
Yael tiene 8 años y -con sus manos anaranjadas, llenas de chetos- trata de acomodar su espejo cuadrado en la rejilla que separa al árbol de nosotros, para señalarme -con ayuda del sol- lo que está a punto de explicar.
Michelle en cambio, se vale de un apuntador láser para el mismo propósito; además tiene una voz dulce que modula para que suene "cantadita" cada vez que nombra alguna figura, parte del gran árbol de tule.
Y el ahuehuete se presta: el co-pe-tee/ de/ Pe-e-ña Nie-eto; la pierna de chicha-ri-too; el be-e-bee naciendo en el a-a-arbol; y otras figuras que quizá por flojera -o para hacer variaciones- los niños guía a veces no mencionan en el recorrido.
"Fa-a-vo-or de acompa-ña-a-a-arme"- dicen para seguir dando vuelta al rededor del árbol.
Son 4: Michelle, Yael, Mareli y Geraldine. Sus papás -además de escoger sus nombres extranjeros- los anotaron para ser parte de un proyecto de usos y costumbres de Santa María del Tule, Oaxaca.
La comunidad decidió que fueran niños de entre 7 y 10 años los que dieran el recorrido en el árbol del Tule porque creyeron que son quienes tienen el tiempo y la capacidad de atender esta necesidad de turismo.
Además, la idea es fomentar el amor por el terruño. Los niños que van cumpliendo 10 años, son encargados de instruir a los nuevos equipos para continuar con la labor. En total, son dos turnos compuestos por ocho niños: cuatro en la mañana y cuatro en la tarde, que laboran un día sí y un día no.
Dice Michell que, lo que gusta de ser guía del árbol más grande del mundo, es que con el dinero, puede comprarse sus uniformes, sus tenis, sus playeras y más. Sus compañeros están de acuerdo,y se toman su labor muy enserio. también se saben los nombres de las figuras en inglés.
Antes que ellos, hubo un niño que podía dar el tour en 4 idiomas.
Los niños guías son pacientes. Alguien pagó sus 10 pesos para ver el árbol, y tres de los cuatro niños señalan al que le toca trabajar, éste -serio y un poco fastidiado- se acerca al grupo de gente a ofrecer sus servicios.
Son callados y penosos. Yael es un poco malhumorado, pero -si se le pregunta- informa diciendo que el árbol tiene aproximadamente 2020 o 2030 años y se necesitan 300 litros de agua al día para regarlo.
"Fa-a-vo-or de acompa-ña-a-a-arme".
Y después de: "Las pompas de Thalia" o "the back of Monica Lewinsky" (varía según el público), los niños cierran con un seco:
"Ya fueron todas las figuras. La propina es voluntaria".
Tanya
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