La experta de la central y sus poderes


"¿Cuál es el módulo 5?"- le preguntó desde su carro.

"Pues éste es el 3"- Le contestó ella aludiendo a la capacidad de deducción del preguntón.
"Entonces... ¿Cuál es el 5?- Volvió a inquirir el preguntón.
"Más adelante, le faltan 2"- Respondió ella, ya sin ninguna expectativa.

Dicen que era una verdadera suerte encontrártela. "Tocado por los dioses" , "bendecido" llamaban al que les platicaba que se la topó.

"¿Enserio?" preguntaban los maleteros, con los ojos  llenos de esperanza, emocionados, extasiados. Y el incauto paseante les contaba su anécdota con "la experta de la central". La atmósfera se volvía mística, hay quien temblaba de los nervios:

algunos viajeros les contaban que la habían visto con su mochilota deambulando por los pasillos. Otros que la vieron cuando comía su refrigerio del autobús: su lonchibon y su agua. Otros más, la corrieron desdeñando su olor a aire acondicionado: "olía como rancio, me burlé y le dije que se fuera", decían quienes pronto se convertirían en relegados de la sociedad, malqueridos, desgraciados que dejaron ir a "la experta"; marcados para siempre por éste error, solos en sus viajes for-ever. 

Todos coincidían en que a ella se le veía la sabiduría en los ojos. A unos ayudaba a encontrar su camión, a otros les decía dónde estaban las almohadas, a los más suertudos les enseñaba cómo usar los torniquetes del baño. 

Cuentan que una vez, una mujer acudió a ella por una causa perdida:  ya estaba en el sanitario y se acababa de dar cuenta que los baños de la central no tenían rollo en cada cubículo, desesperada pidió la ayuda de "la experta de la central"... no pasó ni un minuto cuando una mano apareció por debajo de la puerta, tenía el preciado rollo, suficiente para las necesidades de la señora. La experta era milagrosa.
Nunca nadie supo a dónde viajaba, o por qué sólo aparecía los viernes por la noche. No supieron si tenía casa o familia, o si decidió dedicar su vida a ayudar a los que viajaban por primera vez en ésta central. O si era de una dimensión donde los humanos eran educados para dar servicio en centrales camioneras, escogidos para transmitir tal sabiduría.

Pero un día, por allí de abril 2012 dejó de aparecer. Hubo caos en las salas de espera, gente perdiendo su camión, hombres y mujeres sin poder entrar al baño, viejitos que no pudieron prender su televisión individual en todo el camino (porque también ayudaba a los de primera clase); vendedores de boletos estresados, choferes perdidos, personas que nunca supieron dónde estaba el jabón en los baños... 

Los viajeros aprendieron a vivir sin ella. Pero no pierden la esperanza, cuando les llega el olor aire acondicionado, de que la "experta de la central" ande cerca para socorrerlos en su viaje.
Tanya


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Publicado por Blogger para Algunas letrillas el 12/03/2011 07:05:00 PM

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