Cerebro gestacional

Nunca fui bella despampanante. “No tienes la actitud”-diría María Félix-. Atlética tampoco, más por torpeza que por habilidad física. Graciosa, a veces sólo para mí, y nada de meticulosa.

Lo que siempre tuve fue mi inteligencia, poca o mucha, en escuelas públicas siempre es exacerbada. Cuando no has descubierto otra habilidad, la que sí tienes se vuelve una especie de escudo, de explicación, de justificación de existencia.

Por eso me duele ahora tener cerebro de embarazada. La aplicación de celular que descargué para contar las semanas del feto hablaba algo acerca de que pierdes tus habilidades mentales mientras estás gestando: cerebro de embarazada, le llaman. La revista Nature Neuroscience dice que son cambios  en la estructura del cerebro.

Nallely, quien acaba de parir esta semana, lo resumió: “Sí, anda uno bien menso”.

“Nos pagan por pensar”, dijo una vez una editora de noticias. Estos meses me han pagado por confundir labores administrativas con operativas, mil 40 litros con 40 mil litros y el nombre de una empresa por otra. Además olvido lo que estaba haciendo.

También me pagan por dormir a veces en las ruedas de prensa o tardarme en comprender una idea. A veces hasta por llorar cuando describo las noticias.

De todo lo que podía perder: mi físico, mi libertad y mi falsa juventud, la inteligencia es la que más me pesa.

¿Qué le queda a una persona después de perder su atributo más preciado? ¿Sigue siendo la misma persona o se devaluó?

Se supone que uno es valioso por ser, aunque no haga (inserte aquí la disertación de su filósofo favorito, que, si no yo no lo comprendía antes, no lo haré ahora con menos neuronas útiles).

¿Qué hacer cuando te quedas sin tu mejor atributo?

Quién sabe si se pueda iniciar de nuevo después de perder lo que más apreciabas de ti. Ahí está Sansón, nunca fue el mismo con la cabeza pelona. Superman, sin volar y cargar cosas, se ve bastante patético; y Homero sin el crayón en su cerebro ya no es adorable.

José José ya no impresiona con la fuerza de su voz y los medios dejarán de entrevistar a Mario Varas Llosa cuando sea más moderado para criticar.

Quizá por eso hay quienes se hacen cirugías durante la vejez o se rehusan a retirarse a pesar de ejecutar conciertos de despedida. 

¿Qué hacer cuando te quedas sin tu mejor atributo?  Primero, aceptar que ya no existe tan plusvalía; después pensar en otro oficio.

Vender cosas en Mercado Libre requiere no confundir 5 pixeles con 16.1; tachado. Para ser chofer de Uber necesitas aprender a regresar velocidades una vez que llegaste a quinta; fuera.

Todas las opciones que pensé, si no fuera lo que soy laboralmente, incluían inteligencia. Una vez intenté cargar bloques de concreto y me desgarré la espalda. El albañil que modificó mi casa tenía un ayudante con poco coeficiente intelectual y le gritaba todo el día porque no entendía las indicaciones. Cuidar perros requiere que te hagan caso porque creen que eres el líder. Limpiar casas necesita estrategia o podrías terminar dañando algo carísimo.

Una vez fui buena para arrear vacas.