Leche
Lloré después de jalar la cadena del baño, tiré dos onzas de leche que debían estar congeladas, destinadas a alimentar. El trabajo ideal se mojó de leche materna y queda borroso, manchado, pegajoso. El segundo baño donde me saqué la leche olía mal, por eso decidí tirarla. Además no había dónde guardarla y olvidé las tapas de los contenedores. Me senté sobre la tapa del retrete, detuve un bote entre mi pecho y mi muslo, mientras usaba mis dos manos para bombear el otro pecho. Leche blanca que me recuerda a las manitas que dejé en casa. Quisiera perpetuar este tiempo de transición entre el vientre y el mundo. Me dijeron que podrían habilitarme una sala para sacarme la leche pero no se concretó. Hay algo en dar teta que aún suena a tabú, asqueroso y personal. "Si tienes que ir a hacer eso, ve", respondió antes de que le platicará más sobre amamantar. Otra trató de disfrazar su disgusto. Hoy toca recordarle al cuerpo que aún n...